miércoles, 15 de enero de 2014

¿A qué le sobrevivimos?

(Dedicado con amor al Pastor Deodolfo Bendezú, que en paz continúe)


¿A qué le sobrevivimos?
Si fuese a la muerte en sí,
jamás viviríamos.
¿Qué batalla es esta?
sin sentido ante los ojos,
brisa corta para los sentidos;
un propósito para el alma.

Hoy vi partir a un santo,
rumbo hacia el juramento
de un hombre hace dos mil años,
la fe que sostiene todos los años.

Niños rodeaban tu lecho,
esperando jugar una vez más;
las palabras que quisiste decir,
estos pequeños supieron escuchar,
y en sus ojos partías de a poquitos,
durmiendo la luz, el mejor sueño.

Donde habitan las lágrimas,
habitan también las ganas de un abrazo.
Te abrazamos  a ti primero,
luego nos obsequiaste tus manos.

El corazón dice no te vayas,
aún necesito de tu voz.
Sé que para ti el alba raya
y es momento de decir adiós.

Queda en tu espacio un vacío
y en el nos dejaste tu amor.
Conocerte fue el mejor obsequio,
la mejor historia de valor.

El señor vestirá tu alma en el cielo
mientras en la tierra vestimos tu cuerpo,
cruzaremos tus manos en oración
mientras el Señor cruce su pacto en tu corazón.

Vivirás al abrigo del sol,
en cada amanecer cantarás,
de noche habitarás las estrellas,
tu día será un eterno resplandor.

¿A qué le sobrevivimos?
Le sobrevivimos al olvido.
La vida son batallas,
con el triunfo ya escrito

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